Nosotros
La Fundación JERA fue fundada en Cali – Colombia el 20 de febrero de 2001 por la familia Otoya Domínguez. Se inscribió en la Cámara de Comercio de Cali el 22 de Mayo de 2001, bajo el No. 01022 del Libro I. Nit 805020145-5.
El nombre de JERA fue tomado de una runa que hace parte de un antiguo alfabeto usado por los pueblos Nórdicos y Sajones. Simboliza la cosecha, la estación fértil, la recompensa, la justicia y la honestidad.
Contribuir a la transformación social a través de la educación a la infancia y el fortalecimiento de entornos protectores.
La Fundación Jera al 2030 será un referente de atención a la infancia por su modelo de atención integral a niños, niñas, formadores y familias, que transforma la calidad de vida de quienes se benefician de sus programas.
Valores Institucionales
La vocación y actitud activa hacia responsabilidades con la comunidad, para participar y contribuir con su bienestar colectivo.
La aceptación y valoración por la diversidad, que promueve la equidad y la justicia en la atención a los beneficiarios.
Reconocer el impacto que nuestra acción social tiene en la comunidad.
La colaboración y apoyo mutuo que fomentan la cohesión para lograr nuestra misión.
Se realizaron dos proyectos en alianza con FORSA y Fundación Chiquitines, logrando beneficiar a 75 personas.
56 empleos generados. Además se vinculó al 91% de los colaboradores una cooperativa, apoyando un porcentaje de su aporte.
El 89% de las colaboradoras de la Fundación Jera eran mujeres. Más del 95% de las beneficiarias de los proyectos eran mujeres. Creación de la Sala de Lactancia.
Se atendieron 451 niños y niñas, a quienes se les brindó atención y educación de calidad en nuestros CDI.
Se realizó una jornada de salud donde fueron atendidos el 47% de sus beneficiarios e inicio un tamizaje del desarrollo integral para todos sus beneficiarios, avanzando con el 19%.
La Fundación Jera prestó servicio durante 196 días, brindando alimentación 3 veces al día a un promedio de 4824 a niños y niñas de la primera infancia.
En un recorrido de más de 20 años, la Fundación JERA ha dejado una huella indeleble, queremos contar los hitos de su trayectoria bajo la reflexión de María Cristina Otoya, su anterior directora. Quien aprovecha la oportunidad para manifestar gratitud a cada una de las personas que han hecho parte de los equipos de trabajo, aportando a su edificación. Y también agradece a los diferentes beneficiarios que se han unido a JERA en una acción corresponsable y colaborativa para mejorar sus condiciones de vida.
Para narrar la trayectoria de la organización, utiliza la metáfora del árbol, diferenciando tres momentos distintos pero interconectados por el propósito central de “retribuir con una acción social responsable, lo que la vida nos ha dado en recursos personales y materiales, para aportar a construir un país más equitativo y en paz”.
Inicialmente, la Fundación se destacó como ente financiador de proyectos, privilegiando los procesos formativos desde una perspectiva de pedagogía activa. Se definieron modelos de formación que permitieron a los participantes construir sus propios conocimientos, considerando sus entornos, edades, intereses y necesidades.
La Fundación enfocó su acción en la zona de ladera de la ciudad de Cali, especialmente las comunas 18 y 20, y consolidó la línea de formación para el trabajo, añadiendo dos nuevas vertientes: atención integral al escolar y uso productivo del tiempo libre. En alianza con la ONG Vitol, se ejecutaron programas de formación en oficios, destacando la colaboración con la empresa FORSA, para capacitar a jóvenes en diversos campos. La atención integral al escolar, respaldada por la alianza con la Fundación Western Union y Giros y Finanzas, abordó la problemática de repitencia y deserción en escolares, además de proporcionar servicios de rehabilitación a través de la Fundación para la Salud Divino Salvador.
Establecida en la comuna 18, continuó su labor sin un espacio fijo en el territorio, el equipo de la Fundación se desplazaba para implementar los programas mencionados en las salones comunales e instituciones educativas. En 2012, con la entrega en comodato del Colegio Técnico Juvenil del Sur en el barrio Las Palmas, llegó la oportunidad de responder a la necesidad de la comunidad de un espacio para el cuidado de los niños y niñas menores de cinco años, la creación de su primer Centro de Desarrollo Infantil, marcando una nueva etapa en su evolución. En 2015, con el segundo CDI entregado por Fundación Carvajal también en comodato, la Fundación Jera ha consolidado un modelo para la atención a la primera infancia, que beneficia a la comunidad del sector de ladera con la atención brindada en Creciendo Felices y Ladera de Colores.
Estos dos centros, concebidos como nodos para el desarrollo social, han permitido que tanto los colaboradores como las familias y los vecinos del área de influencia se beneficien de las acciones emprendidas por la Fundación, que están orientadas a contribuir a la transformación social mediante la educación de la infancia y el fortalecimiento de los entornos protectores.
Este viaje, marcado por logros y desafíos, ha sido posible gracias a la contribución de equipos de trabajo, colaboradores, familias y la comunidad.
Equipo de trabajo
Un increíble equipo de trabajo que respalda nuestro propósito. ¿Quiéres ser parte?